14 de junio de 2013

Un encuentro casual.

Me desato los cordones, primero una zapatilla y después la otra. Hace un buen día, de esos en los que hay buena temperatura y hace un sol espléndido. Me encanta venir todas las tardes a este parque a patinar, hay poca gente y está bastante bien.

Saco los patines y, antes de ponérmelos, me coloco las rodilleras. Mientras me estoy poniendo los patines, levanto la cabeza y me encuentro a tres chicos pasando justo por delante de mí. Al unísono, los tres se giran y se quedan mirándome fijamente. uno de ellos, el que va en patines, me guiña un ojo mientras los tres pasan por mi lado. Yo me quedo atónita, aunque parece que la cara que pongo les hace reír.

Termino de ponerme los patines y me levanto. Ya sé a qué sitio ir. Es una pequeña plazoleta, en la que los pocos patinadores que venimos por aquí nos dedicamos a practicar piruetas. A muchos los conozco, más de una vez me han enseñado trucos e incluso a veces hacemos competiciones. A otros pocos solo los conozco de vista, y a alguno que otro le saludo cuando pasa por mi lado.

Hoy hay más gente de lo normal, aunque la mayoría son padres con sus hijos, y veo poca gente conocida. Decido empezar a practicar movimientos hacia atrás, yendo con cuidado para no llevarme a ningún niño con cuidado. Aunque lo veo un poco difícil, ya se me han cruzado tres y el último casi me tira.

Paso, voy a parar un poco a ver si esto se despeja de enanos. En este descanso improvisado, me dirijo hacia la fuente de agua que tengo a unos cien metros de mí para rellenar mi botella de agua y de paso refrescarme.

De repente oigo un ruido a mi derecha y por el rabillo del ojo veo una pequeña sombra rosa y al cabo de un segundo... ¡PUM! Me encuentro en el suelo, con magulladuras en los brazos y tengo encima a una niña de unos diez años. Está llorando a pesar de que he sido yo la que se ha llevado la peor parte ya que me he golpeado la cabeza.

Me llevo la mano a la zona donde me dado el golpe, y compruebo que no me he hecho sangre. Después me encargo de la niña que tengo llorando encima de mí. Observo que se abraza la rodilla. Ella, al contrario que yo, sí se ha hecho sangre aunque solo es un pequeño raspón.

Intento tranquilizarla y saco de mi mochila el paquete de clinex, y con  el agua le limpio la herida. Poco a poca la niña se va calmando y, sin levantar la vista de ella, escucho a alguien correr hacia nosotros.

-¡Lucía! ¿Estás bien? Te he dicho mil veces que tengas más cuidado cuando vas con el monopatín.- La persona que acababa de acercarse a nosotras coge a la niña y le sacude la arena que tiene en su pequeña falda color rosa.

Levanto la vista y me encuentro con un muchacho de mi edad, puede que un año o dos mayor que yo, con el pelo rubio corto y unos brillantes ojos verdes. Después de un rato, el chico deja a Lucía en el suelo y se fija en mí. Parece sorprendido. Tras un momento, me dice:

-Caramba, lo siento mucho. ¿Te encuentras bien? Perdona a mi hermana pequeña, todavía no controla muy bien el monopatín.- Me ofrece la mano y me ayuda a ponerme de pie. con los patines somos de la misma altura, con lo cual es bastante alto.

-No pasa nada, estoy perfectamente.- Consigo decir. Él dirige una mirada hacia el raspón que tengo en el brazo y yo oculto mi brazo detrás de mí.- En serio, estoy bien.- Su mirada hace que me sonroje.

-Hey hermanita - Dice, agachándose para hablar con la niña.- ¿Por qué no vas a donde mamá para que te limpie esa rodilla?.- La niña, con un pequeño chillido, sale corriendo en una dirección en la que no presto mucha atención.-Venga, déjame compensarte por la caída.- dice, dirigiéndose ya a mí.

-Mmmmm bueno, yo creo que si me invitas a un helado dejamos todo zanjado.- Sonrío. Y él me sonríe. Dios me encanta su sonrisa.

-Por cierto, no sé tu nombre.

-Primero invítame al helado y después intercambiamos nombres, ¿te parece?

Por toda respuesta, sonríe y me guiña un ojo. Y no sé por qué, pero presiento que ese es el primero de muchos.




2 comentarios:

  1. ¡Hola! Primero, quiero decirte que me encanta tu blog, tu manera de escribir y todo lo que compartes. ¡Sigue así! Además me gustaría decirte que hay un premio para ti en mi blog. Compruébalo tú misma: http://foundtherainbow.blogspot.mx/2013/06/mi-primer-premio.html

    ¡Saludos!

    ResponderEliminar
  2. ¡Qué lindo! Quién no quiere un encuentro así con un chico... Qué buena es la casualidad, a veces. Es como si las cosas se armasen muy de a poco, siempre dependiendo de las pequeñas decisiones que tomamos. Y eso es lo que después "arma" nuestra historia.
    Disculpame que siempre divague tanto en los comentarios, pero es que, con cada tema que tirás y cuando te leo, siento ganas de compartir con vos mi opinión. Espero no resulte molesto.

    ResponderEliminar